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Cristián Briones M, InnovaAgile

Agilidad es la capacidad de personas y equipos para adaptase y mejorar desarrollando el pensamiento agile para trabajar, relacionarse y crear valor

Agilidad y sus múltiples significados pueden entenderse como

Ágil es un término utilizado para describir una forma de entender la gestión que nació del desarrollo de software y que hace hincapié en construir valor al cliente por medio de iteraciones cortas, entregas frecuentes y una estrecha colaboración entre desarrolladores y partes interesadas. El término “ágil” se acuñó por primera vez en febrero del 2001 en una reunión de 17 expertos de TI que estaban frustrados por la realidad del área y la forma en que se estaba respondiendo a las necesidades de los clientes. Desde entonces ha dado origen a marcos de trabajo diferentes, metodologías y técnicas que se aplican en diferentes áreas, industrias y equipos de diversos tamaños.

En esta reunión surgió el Manifiesto Ágil como un conjunto de principios que guían a las organizaciones y equipos para ser más ágiles (adaptables). Estos principios incluyen, entre otros) la valoración de las personas y las interacciones por encima de los procesos y las herramientas, el trabajo en equipo y el esfuerzo constante por mejorar. Al volverse más ágiles, las empresas pueden estar mejor equipadas para manejar cualquier cambio o desafío que se les presente.

Los métodos ágiles están diseñados para ayudar a los equipos a responder rápidamente a los cambios y adaptarse a los nuevos retos que van surgiendo. Se usan en entornos complejos y complicados en que los enfoques tradicionales, de tipo cascada, han fracasado producto de la dificultad de predecir los comportamientos y resultados en proyectos de medio y largo plazo.

Muchas organizaciones han tenido éxito en la implementación de marcos de trabajo ágiles, pero no hay una solución única para todos por lo que cada equipo debe realizar entrenamiento de competencias y desarrollo de comportamientos mientras encuentra el enfoque que mejor le funcione.

Agilidad para adaptar y como forma de trabajo en el mundo actual

En el rápido, cambiante y acelerado mundo actual, la agilidad se ha convertido en una capacidad necesaria para que las empresas puedan sobrevivir y competir. La agilidad es la capacidad de adaptarse y ejecutar rápidamente en respuesta al cambio o la oportunidad. Se trata de ser capaz de asumir riesgos y mejorar los errores anteriores.

A medida que el mundo cambia, también lo hacen las necesidades de los consumidores y las partes interesadas. Para mantenerse a la vanguardia, las empresas deben definir e implementar una nueva manera de ser y hacer. Deben ser capaces de desarrollar habilidades ágiles y dinámicas para moverse con rapidez y gestionar el cambio con eficacia.

Una forma de hacerlo es estar atento a las señales e indicadores que señalan los cambios en el comportamiento de los consumidores, adecuar los objetivos y forma de responder a ellos, mirar las variables externas con tanta o mayor importancia que los internos. El análisis constante y la coordinación entre diferentes partes de la organización permitirá dar el salto necesario para relacionarse con sus clientes de forma más eficaz.

Al responder a las necesidades siempre cambiantes de los consumidores y las partes interesadas, las empresas pueden adelantarse a la competencia y mantener una posición fuerte en sus mercados. Me atrevo a decir que la única fuente de ventaja competitiva real en las empresas actuales tiene que ver con el desarrollo de la agilidad mental, la capacidad de respuesta e incrementar la autogestión de las personas que laboramos en ellas.

Agilidad como prosperar HUMANAMENTE frente a la incertidumbre

La agilidad es la capacidad de prosperar por medio de la adaptación y trabajo en equipos ante la incertidumbre. Las organizaciones ágiles son capaces de aplicar y mejorar sus procesos continuamente, aprendiendo de sus errores, desarrollando ejercicios de agilidad y aumentando su productividad como resultado.

La mejora continua y la implementación de procesos de gestión de cambios entendidos desde el neuromanagement, con un liderazgo servicial y creando equipos autogestionados, colaborativos y multidisciplinarios es fundamental en el desarrollo de la agilidad. Esto permite a las organizaciones mantenerse al día con el panorama siempre cambiante y mantener una ventaja competitiva que surge desde las creencias y propósitos alineados entre empresa, colaboradores y sociedad.

Estrategias prácticas para escalar la agilidad en las organizaciones

Hay una serie de estrategias prácticas que pueden ayudar a las organizaciones a aumentar la agilidad.

  1. Crea equipos ágiles (colaborativos, multidisciplinarios y autogestionados) que puedan tomar decisiones sobre cómo deben alcanzar sus objetivos e impulsar el cambio.
  2. Involucra a todos los colaboradores desde arriba hasta abajo. No es un cambio que se realiza en determinados niveles jerárquicos, sino que requiere que todos se involucren e inviertan en el éxito de la transformación ágil de la organización.
  3. Identifica los marcos de trabajo y las metodologías ágiles que mejor se adaptan a las necesidades y cultura de la empresa y que se usarán en forma clara y concisa.
  4. Acompáñate de personas, coachs o empresas que sepan sobre el proceso de cambio de mentalidad, desarrollo de competencias y creación de nuevos comportamientos.

Si sigues estos comportamientos, no estará garantizado, pero te ayudarán a lograr una organización capaz de escalar la agilidad de forma eficaz.

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